domingo, 2 de junio de 2013

Crónica Ironman Lanzarote: Swim

...2 minutos para dar la salida.

La lluvia caía en la cara, los pies hundidos en la arena, los brazos en jarra para caber entre la gente, mis fantasmas se paseaban por mi lado.

40 semanas, 280 días, 6720 horas, 403200 minutos después, allí estaba.
Dos minutos, y de repente el speaker: Are you ready?! Are you ready! Preparados...


Los miedos desaparecen, la sonrisa aparece en la cara, la gente grita entusiasmada,... ha empezado el Ironman.

Estaba lejos del agua, a unos 70 metros de la orilla. Recuerdo que avanzaba como movido por una fuerza mayor, sentía que algo me empujaba hacia el agua, algo más que la multitud que tenía en la espalda,... Hubiera sido imposible dar marcha atrás.
Avanzamos lenta pero constantemente, hasta que llegamos al último arco antes de la orilla. Entonces aparecen unos Marshall que nos invitan a chocar las manos, los pasamos y ya vamos corriendo al agua.

Corro hasta que el agua me llega a la cintura y entonces, de cabeza. Recuerdo una nube de pies que batían delante mía. Sin embargo no recuerdo muchos golpes, al menos no más que en cualquier otro triatlón. Supongo que por la posición de salida que elegí la gente estaba más tranquila, gente que quería hacer un agua tranquila sabiendo que el día sería largo.

Tras unos 150 metros con el agua bastante agitada, giro de 90 grados hacia la izquierda y ahora si puedo aplicar una brazada más estándar. En seguida encuentro gente que va a mi ritmo. Creo que ha sido la primera ocasión en que he tenido ocasión de nadar en grupo, a los pies de otros nadadores.
Algunos nadadores pasaban rápido pero "educadamente" jajaja, adelantaban por un lateral intentando no pegar golpes. Otros sin embargo pasaban por encima tuya, sin importarles tu trayectoria, cruzándose en diagonal...

Eran dos vueltas a un circuito de rectangular de 1900 metros, con salida y entrada al agua entre la primera y la segunda vuelta:

La ida se hacia por la parte más profunda de la playa, aquella zona donde el día de antes me había encontrado esos bancos de peces. Hoy parece que los peces estaban más asustados. 759 metros de ida que se me hacen rápidos ya que llevamos la corriente a favor.
Giro y encontramos una zona con el fondo lleno de piedras y algas y aquí si que había fauna. Este lado del rectángulo si que fue más duro.
Nuevo giro y unos 800 para sacar el mejor nadador que llevaba dentro. Recuerdo que en este tramo si me permití el lujo de exprimirme un poco más.
Poco a poco el público y el arco de salida se van acercando y en nada veo el marcador del tiempo a lo lejos. Me digo que no importa mirarlo porque quizás ver el tiempo que llevaba me pondría más nervioso.
También veo un arcoiris que parece terminar en el arco de salida:) "Este año ha sido genial, nieve, agua, viento,... y al finalizar la natación un arcoiris".



Salimos del agua, entramos en un pasillo estrecho rodeado de gente animando a cada lado. Nos gritan.
El reloj marca 35' cuando estoy entrando de nuevo en el agua. "Buen tiempo!", pensé. "En Málaga hice la misma distancia en 37'". Esto marcha.

Nueva entrada al agua, y repetimos operación.


El hecho de que haya tantos participantes en el Ironman tiene a mi modo de ver, tiene ventajas e inconvenientes.
Por ejemplo, recuerdo el mismo barullo en la natación en las dos vueltas.
Sin embargo, mantienes la orientación muy bien porque siempre tienes nadadores delante marcándote la trayectoria. En resumen, la natación del Ironman me resultó más agradable que en otros triatlones.

En la segunda vuelta nadé durante un buen rato en paralelo a otro nadador. Su neopreno no tenía mangas. Recordé que Josete comentó que en Niza le paso lo mismo y pensó que sería buen nadador si tenía neopreno sin mangas: tendría otro con mangas:)
Me aproximo a los últimos metros de la natación... Me doy el gustazo de mirar el reloj, 1h9' en los últimos metros. Hago torpes cálculos mentales: si he perdido casi 30 segundos en llegar al agua y esta segunda vuelta la he hecho más rápido me está saliendo una natación bastante decente.

Toco tierra... 1 de 3! Salimos por el mismo pasillo estrecho de gente.


Una alfombra nos lleva hasta las bolsas de transición a través de la playa. Unas duchas para quitarme algo de sal.

Llego a las bolsas y una voz familiar: "Vamos Juan Antonio! Vas muy bien!" Es mi Rosalía que se ha quedado todo el rato esperando a que llegara a coger la bolsa, bajo aquella lluvia que caía.
Cada vez que veo este video que me grabo me parto de risa:



Toda la gente hacia la derecha pero yo decido que era mejor hacia la izquierda:)

Llegamos a una gran carpa llena de tumbonas de playa grandes. Me quito el neopreno, gorro,... y cojo las herramientas para la bici. Decido tomarme mi tiempo, no tengo prisa, sólo quiero disfrutar de cada momento. El día de antes Uge me aconsejó que me llevara una toalla para quitarme la arena de los pies, que gran consejo. Me acordé de él cuando saqué mi flamante toalla azul.

Una voluntaria se me acerca y me ofrece echarme un "poco" de crema solar. Poco figuradamente ya que echaban auténticas plastas en el cogote, piernas,... Era muy gracioso ver a los guiris blancos como la nieve. A la postre esta ingente cantidad de crema resulto genial.

Todo listo, doy la bolsa a otro voluntario y a correr a por la bici. Seguía lloviendo así que con cuidado cojo la bici y corro hasta el arco de salida. La verdad es que este tramo se me hizo eterno, el parking de bicis era largo y estaba deseando coger la bicicleta y empezar a pedalear.
Llego al arco y allá vamos, 180 km de viento y parece que también lluvia:)