El 6 de julio de 2014 será por siempre en mi vida un día muy
especial. Será una historieta de esas que se cuentan una y otra vez a tus hijos
y luego a tus nietos.
Participar en un triatlón distancia Ironman es difícil de
describir a personas que no lo hayan hecho. Se lleva el cuerpo tan al límite
que a toro pasado tiendes a recordarlo como una experiencia única, tanto física
como emocionalmente. No comparto la opinión de que si terminas uno sientas que podrás conseguir todo aquello que te
propongas, pero sí que es verdad que la disciplina y fortaleza necesarias para
acabarlo te convierten en una persona distinta a la que tomó la decisión de
inscribirse un año atrás.
Este ha sido mi tercer Ironman (Niza, Roth y Frankfurt) y,
por un tiempo el último. No sé cuándo, pero volveré a participar en más porque
es una afición que me apasiona. Como casi todo lo que merece la pena en esta
vida, requiere tiempo y dedicación, y esta nueva temporada ambos estarán
ocupados en otros menesteres. Sin embargo, entrenar a diario todo lo que se
pueda seguirá siendo una de mis necesidades vitales.
El Ironman de Frankfurt he tenido la suerte de compartirlo
con la pareja más encantadora que pueda existir, Gonzalo y Eva. Dos personas maravillosas que
además saben más que nadie del mundillo Ironman. Ha sido un placer compartir
con ellos estos días en la ciudad alemana y espero volver a repetir en un
futuro.
Por otro lado, el mister, Jesús Ortigosa, hizo un alto en su
camino a Polonia para poder apoyarme en el gran día, y no sabe cómo se lo
agradezco.
Los días previos de los Ironman suelen ser todos muy
similares, recogida de dorsales y bolsas de transición, visita a la feria donde
te dejas la VISA tiritando, mucha hidratación y mucho relax en la habitación
con las piernas en alto, intentado cansarte lo menos posible. Pequeñas sesiones
de activación trotando y leer mensajes de amig@s que te dan ánimos.
El día de la carrera todo pasa muy rápido. Madrugón para
desayunar 3 horas antes de la salida, ultimar preparativos y salida en bus
hacia el lago.
La organización es muy buena, facilitando mucho la logística
para los participantes, sin embargo, me dio la sensación de que tardamos
demasiado en llegar al lago y el autobús no estaba climatizado y dentro hacía un
calor horroroso.
Llegamos con el tiempo justo para inflar las ruedas, colocar
la comida y poco más. La hora a la que salíamos los primeros era a las 6:45 y
eran las 6:35 y aún no me había puesto el neopreno. Estresado cometí el error
de ponerme el neopreno de pie, en plena tensión y haciendo equilibrio. Y en un
microsegundo sentí un tirón muscular en la espalda que me dejó sin respiración.
Preocupado, intenté ser optimista y pensar que no me iba a afectar durante la
carrera, que se iba a ir aliviando.
La natación conseguí hacerla en 1h 2min, con dolor pero
soportable. El salir en un grupo rápido tiene la ventaja de que es muy fácil
coger unos buenos pies e ir cómodo.
La transición era muy muy larga. Me sorprendió que no
hubiese voluntarios ayudándote y echándote crema en la T1 como en Roth. Pero es
que Roth es inigualable, en todo.
Comencé la bici, con buenas sensaciones, con un dolor
llevadero y mientras continuara así podría seguir el plan de ruta que me había
propuesto. Sin embargo, pasados unos 15 minutos el dolor aumentó y me obligó
cada 5 minutos a estirar la espalda.
No me vine abajo, me decía a mi mismo que para eso había entrenado
tanto todo este año, para hacerle frente a cualquier adversidad y darlo todo
hasta el final.
El circuito es muy similar al de Roth, un continuo sube y
baja con unas cuantas subidas más pronunciadas pero cortas.
Aguanté la primera vuelta a buen ritmo, pero la segunda no
pude mantenerlo. Terminé en 5h 20min y deseando apearme.
La sensación al apearme y correr fue rarísima, como si los
lumbares fuesen hacia adelante y hacia detrás y perdiera la estabilidad, pero
al poco tiempo se me pasó.
La maratón en general muy sufrida. Andaba en los
avituallamientos para estirar y el resto a un ritmo muy superior al que me
hubiese gustado ir pero dadas las circunstancias era todo lo que daba.
La carrera a pie, para mí fue lo más bonito. Cuatro vueltas
al río Main, a tope de gente animando.
Al final, llegué a meta en un tiempo de 10 horas 19 min.
Lejos de estar decepcionado por no conseguir la marca deseada de 9 horas y
media, estaba emocionado por haber podido acabar y no haberlo hecho tan mal
como me esperaba.
Y es que un Ironman es una carrera tan larga que puede pasar
de todo y siempre hay que tener en cuenta que el plan A puede pasar a ser B, C,
D o incluso Z. Y hay que saber afrontarlo.
Por otro lado, el día del Ironman es la guinda final a
muchos meses de dedicación y no es justo para ti mismo fijarte en el resultado
final si no ha sido el deseado ya que no somos máquinas que nos aseguren que
ese día va a ser perfecto.
El día a día de la preparación de esta carrera es el
verdadero Ironman. Cuadrar los entrenamientos con tu vida laboral y familiar es
la divertida tarea con la que tienes que lidiar. Hay que disfrutar de este
proceso y saborear todos esos momentos de sacrificio que te brinda un reto de
estas dimensiones.
Para mí, si hay algo que defina muy bien esto de lo que
hablo, es el poema de Itaca de K. Kavafis:
Cuando
emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea
largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en
tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan
hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles
pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
Y es que este deporte es una experiencia increíble si no te
quedas en lo superficial, si disfrutas del camino y de los entrenamientos
diarios. Tener la suerte de tener una afición que te llene tanto es una suerte
que no todos la tienen y por eso lo principal es disfrutar. Marcarse metas es
importante porque te motiva y te ayuda a salir a entrenar los días en que da
más pereza, pero no te quedes ahí porque lo que te hace feliz no es el destino
sino disfrutar día a día del camino.
Entrégate al máximo y los resultados vendrán solos. Sé
humilde y el deporte te recompensará con amigos y experiencias increíbles. No
presumas y serás reconocido por los demás como el más grande.
Si todos tuviéramos más en cuenta estos preceptos, este
mundillo puede que no se estuviera convirtiendo en lo que ya muchos empezamos a
sentir asco de él. Parece que todo vale por conseguir buenas marcas, sin
respetar las reglas del juego, convirtiéndose el drafting y el dopaje en lacras
habituales de muchas carreras. Federaciones con un aumento desmesurado de
nuevos federados que no responden ante las necesidades de los atletas, siendo
un hecho inútil pagar la cuota anual exigida. Deportistas amateurs que a los
pocos meses de probar suerte en su primer triatlón, hablan como si fuesen
profesionales y lo principal en sus vidas fuera el hacer buenos puestos en sus
grupos de edad, creyéndose ellos mismos que quedar segundos de entre cinco o
seis personas es ser unos fueras de serie. Organizadores de carreras que cobran
un importe injustificado y completan inscripciones en cuestión de horas.
Inscripciones que no te aseguran que la carrera se celebre pues aunque tú
pagues con meses de antelación y te prepares a conciencia para ello, unos días
antes se puede cancelar por no contar con los permisos de las autoridades
pertinentes. Empresas como “Biketransport” que en enero te cobran la reserva
para llevar tu bici en furgoneta al Ironman en julio, y una semana antes del
mismo te comunican que no les compensa económicamente recoger tu bici en
Andalucía, sin tiempo para contratar a otra empresa por estar todas ya sin
plazas disponibles. O como “Identityessence” que te vende una pulsera
identificativa que se me rompe a las dos semanas por una exposición excesiva al
sol entrenando y la respuesta del servicio postventa es ofrecerte un descuento
de 2 € en tu próxima compra... ¿EN SERIO VAMOS A SEGUIR PERMITIENDO ESTAS COSAS?.
Muchos dirán que estoy resentido por no haber tenido suerte
el día de la carrera, pero los que me conocéis de cerca ya sabéis que todo esto
lo pienso desde hace tiempo.
Como ya había dicho al principio, este año tengo nuevos
retos y no puedo permitirme participar en otro Ironman, pero si pudiera no sé
si estoy dispuesto a seguir formando parte de este circo.
He cerrado el blog que abrí con motivo de la preparación del
Ironman de Niza, ya que no tengo tiempo para actualizarlo y #theClub me permite
poder escribir aquí cuando me apetezca. Cosa que pienso seguir haciendo.